Step by step

1. 1 Pon la harina y la sal en un bol amplio. Haz un hueco en el centro con las manos o una cuchara de madera.
2. 2 En un vaso con parte del agua necesaria para esta preparación, diluye la levadura y vierte la mezcla en el hueco que habías hecho en la harina.
3. 3 Añade el resto del agua y mezcla hasta que puedas separar la masa de las paredes del recipiente.
4. 4 Ponla sobre la encimera espolvoreada con harina y amasa con las manos, empujando hacia abajo y hacia adelante y envolviendo la masa sobre sí misma. Hazlo durante unos 5 minutos aproximadamente. Notarás que se va uniendo y poniendo más elástica y suave.
5. 5 Añade el aceite y sigue amasando hasta que se incorpore totalmente, durante otros 5 ó 10 minutos.
6. 6 Forma una bola.
7. 7 Engrasa un tuper con un poco de aceite, tápalo y mete la masa en la nevera un mínimo de 20 horas (yo he llegado a tenerla 48 horas. Creo que puede durar hasta 4 ó 5 días pero siempre nos la comemos antes).
8. 8 Cuando desees cocinar tu pizza, saca la masa con antelación para que se atempere y sea fácil de estirar. Ve dándole la forma circular estirándola con las manos, ya sea poco a poco con los dedos o sujetándola con la palma de la mano y dejando que la gravedad te ayude. Tampoco es un sacrilegio si utilizas un rodillo…
9. 9 Coloca la pizza sobre papel de horno. Es el momento de poner las rodajas de tomate, la mozzarella a pellizcos y la albahaca (reserva un poco para añadir después del horneado, si te apetece).